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  • miércoles, 18 de septiembre de 2013

    Fan fic: "Cuando me veas" (Capítulos 4 y 5)

    ¿Con ganas de seguir leyendo el fic de Alí Ba-ba? Pues aquí están los dos siguientes capítulos: el cuarto titulado "El camino a seguir"; y el quinto, "Un anillo de ópalo".

    CAPÍTULO 4
    EL CAMINO A SEGUIR
    Belle casi se sintió aliviada cuando el impertinente sonido del despertador rompió el silencio de su habitación, sacándola de sus confusos pensamientos que no la habían abandonado durante toda la noche.
    Apenas había podido dormir un par de horas en las que sus sueños la atormentaban con una terrible sensación de pérdida y confusión que no diferían mucho de las que sentía en ese momento que llevaba despierta desde las 5 de la madrugada, dándole vueltas a la nueva situación en la que se encontraba. Embarazada.
    Si tenía pocas preguntas sobre su pasado, ahora tenía unas cuantas más, pero sobre el camino a seguir.
    ¿Qué iba a hacer ahora con su vida? ¿Desde cuándo estaba embarazada? ¿Quién era el padre…? Porque ella no recordaba haber estado con ningún hombre íntimamente. ¿Habrían abusado de ella en el sanatorio? Sí, debía de haber sido eso, alguien la drogó y abusó de ella cuando estuvo en el psiquiátrico…” ¡Oh, Dios mío, y ahora que voy a hacer!” No tenía ningún trabajo, ni como mantenerse a ella misma, ¿cómo iba a ocuparse de un bebé que ni siquiera había deseado? Porque ese bebé se lo habían impuesto, ella no lo había pedido, y estaba creciendo dentro de ella, día a día…
    Se Puso las manos en el vientre intentando sentir algo por la criatura que llevaba dentro, pero lo único que sintió fueron nauseas, como los últimos días. Ahora empezaba a entender el porqué.
    Se levantó apresuradamente intentando alcanzar el retrete antes de que la siguiente arcada hiciera acto de presencia, llegando justo a tiempo. Debía ir a ver al Dr. Whale para que le hiciera una revisión y le dijera de cuánto tiempo era el embarazo, quizás con un poco de suerte todavía estaba a tiempo de interrumpirlo…
    Una punzada laceró su pecho en ese momento y la dejó sin respiración. Se sentó en el frío suelo de cuarto de baño intentando recuperar el aliento mientras una profunda pena la invadía. Se abrazó las rodillas y comenzó a mecerse mientras sus ojos destilaban un torrente de lágrimas que le quemaban por donde pasaban, sin poder detenerlas.
    ¿Qué otra opción tenía? No conocía a nadie, y aunque Rubi le había dicho que el dueño de la floristería era su padre, el día que éste fue a visitarla al hospital, no confiaba en él. Había algo que la tiraba para atrás de aquella persona, y no estaba dispuesta a meterse en su casa.
    Si por lo menos tuviera un trabajo con el que poder mantenerse, pero no tenía ni idea de cómo se llevaba una biblioteca o de qué otra ocupación podría desempeñar en un pueblo tan pequeño. Quizás si fuera a otra ciudad más grande, podría empezar de cero, sin tener a toda esta gente que decía conocerla, crear su propia identidad, crear una nueva vida, ver mundo… Pero necesitaba dinero, y que ella supiera no disponía de nada.
    Respiró hondo unas cuantas veces, intentando despejar su cabeza y aclarar sus ideas. Necesitaba salir de esa casa. Dar un paseo la reconfortaría, eso siempre lo hacía, sí, le apetecía sentarse debajo de su roble, el que le daba tranquilidad y refugio, el que la protegía y le susurraba con sus hojas mecidas por el viento que todo saldría bien, que todo se solucionaría.
    Con decisión se dirigió a su dormitorio y recogió la ropa necesaria para darse una ducha rápida, notando un vacío en el estómago, claro síntoma del hambre que comenzaba a hacer acto de presencia y que si no calmaba pronto, se convertiría en otra sesión de arcadas.
    La ducha tibia templo algo sus nervios y calmó los temblores que se apoderaban de ella, saliendo un poco más relajada de ella. Se dirigió a su dormitorio y comenzó a vestirse poseída por un hambre canina que le traía a le mente a las tortitas de Granny´s regadas con sirope hasta emborracharlas, y se le hizo la boca agua.
    Terminó de vestirse en un segundo y se dispuso a abrir la cama para que se ventilara cuando al sacudir las sábanas una pequeña caja cayó al suelo.
    La miró con curiosidad. Era la pequeña cajita que acompañaba a la carta que venía del hospital y que había dejado descuidadamente sobre la cama la noche anterior. Se agachó para recogerla del suelo, sintiendo ganas de abrirla, pero un nuevo rugido de su estómago la persuadió y decidió dejarlo para más tarde, tenía todo el tiempo del mundo.
    Tomó su abrigo y metió el pequeño objeto en uno de sus bolsillos, bajando apresuradamente las escaleras, impaciente por ir a desayunar.
    En unos minutos estaba abriendo la puerta de la cafetería donde trabajaba su amiga, que la recibió desde detrás del mostrador con una amplia y cálida sonrisa que le llegó al alma.
    Apenas la vio entrar, Rubi marchó una orden sin preguntarle siquiera que iba a tomar, ya conocía muy bien los gustos de su amiga. Apenas podía contener las ganas de abrazarla viendo su pálido rostro y su diminuta y frágil figura, y más sabiendo en el estado en el que estaba.
    Casi no podía creer la nueva situación a la que Belle tenía que enfrentarse ahora, pero ella estaría a su lado, como le había prometido a Gold, que por cierto, menuda castaña se había pillado la noche anterior junto con Charming.
    Ya se le había hecho difícil de creer que Gold se acabara media botella de whiskey, ya que era la primera vez que lo había visto beber algún licor, pero es que cuando llegó el otro y se sentó a su mesa, pensó que por lo menos Charming lo controlaría un poco con lo del alcohol, y en lugar de eso, se terminaron esa botella y pidieron otra. Al parecer el príncipe también tenía sus propios problemas.
    Por una parte se alegraba, es muy malo beber sólo. Afortunadamente Charming tenía buen corazón y no discriminaba a Gold por su pasado, aunque lo trataba con cierta desconfianza.
    Le sorprendió la camaradería que compartieron en apenas unas copas, y aunque al principio se los veía un poco tirantes, no tardaron en comenzar a charlar animadamente y hasta a hacerse bromas, eso sí, sin armar escándalo ninguno ni llamar la atención del resto de clientes que apenas repararon en ellos.
    Rubi sonrió al recordar como salieron por la puerta, medio tambaleándose y con un ataque de risa tonta, de estas que te agarra cuando vas con el “punto” algo pasadito, y ves volar a una mosca.
    Lo de Gold más o menos lo entendía, lo que no tenía tan claro era lo que le habría pasado a Charming para que acabara así. Confiaba en que hubieran llegado bien a sus respectivas casas, porque parecía que uno le servía de apoyo al otro para poder caminar… En fin, cosas peores había visto en el bar.
    Sonó la campanilla de la cocina que indicaba que tenía el pedido listo. Un gran plato con más tortitas y más bacón de lo normal descansaba sobre la repisa de la cocina. Lo tomó junto con una jarita de sirope y se dirigió hacia donde estaba sentada su amiga.
    -¡Buenos días Be… perdona, Margie!- Saludó Rubi torpemente, corrigiendo su error al instante-. ¿Qué tal has pasado la noche? – La pregunta era un mero formalismo, ya que se le notaban las marcas de la falta de sueño y el exceso de llanto en los ojos.
    Belle levantó la cabeza del plato que le acababa de poner delante intentando dedicarle una sonrisa a su amiga, en respuesta a su sincera preocupación.
    -Bueno, las he tenido peores- respondió tratando de quitarle importancia a la respuesta-. ¿Y tú, que tal acabaste anoche? Parecía que aquellos dos de la esquina no tenían muchas ganas de irse a casa, No? ¿Se te hizo muy tarde?
    -¡No, no te creas!- Contestó animada-. Nada fuera de lo normal, las 2 de la madrugada…
    -¡Vaya, y ésta mañana te has puesto a las 7 ¡- Razonó Belle asombrada-. ¿Y no te cuesta levantarte por las mañanas?
    Rubi la miró dudando si contestarle la verdad o dejarla que creyera que tenía falta de sueño.
    -Pues la verdad es que soy de dormir poco, ¡con 4 horas que duerma tengo de sobra!- Mintió a medias, ya que antes de que volviera la magia a Storybrook le encantaba dormir y nunca tenía bastantes horas de sueño.
    Pero desde que la magia había vuelto y con ella su faceta licántropo, necesitaba muy poco tiempo para recuperar fuerzas. ¡Algo bueno tendría que tener el tema lobuno!
    -¿Qué tienes pensado hacer hoy?- Preguntó la camarera a su amiga
    Belle devoraba las tortitas bañadas con sirope como si fuera el manjar más delicioso del mundo, mientras pensaba en la pregunta que le había hecho Rubi.
    -Pues realmente no lo tengo muy claro. Primero me gustaría ir a dar un paseo por el parque y aclararme las ideas de lo que quiero hacer con mi vida, y después debería de ir a pedir cita con el Dr. Whale para que me examine… ya sabes, por el bebé- se le estaba quitando el apetito solo de hablar del tema.
    -Me parece muy buena idea, tienes que empezar a cuidarte… a cuidaros, y ya sabes que me tienes para lo que necesites, ¿vale, cielo?
    Belle sabía que no aprobaría la idea que se le había pasado por la cabeza, así que asintió bajando la cabeza y concentrándose en el plato que tenía delante.
    Su instinto le decía a Rubi que algo no andaba bien, pero no quería insistir en el tema, ya que estaba en un momento muy delicado en el que si la forzaba podría cerrarse a ella y no permitir que se acercara.
    La dejó con sus pensamientos y su desayuno, y continuó con su trabajo en la cafetería.
    Belle continuó sumida en sus pensamientos, intentando organizarse mentalmente, mientras terminaba la última tortita del plato, cuando sonó la campanilla de la puerta de entrada. No le hizo falta girarse para saber de quién se trataba, ya que se escuchaban unos pasos acompañados del sordo y rítmico sonido de un bastón. Mr. Gold.
    El mismo hombre que la noche anterior, junto con su amigo, había hecho que Rubi terminara a las 2 de la mañana.
    La noche anterior apenas se había percatado de que se encontraba en aquella mesa de la esquina del bar con un amigo. Sólo cuando tomó su abrigo y se dirigió a la puerta le llamó la atención la animada charla que estaban teniendo aquellos dos.
    Por un momento le recordó a la relación que ella tenía con Rubi, un par de amigos pasando el rato y contándose sus cosas, es más, era la primera vez que lo veía relajado y sonriendo, y realmente le cambiaba el rostro.
    -Buenos días, Rubi- Dijo el hombre que acababa de entrar con una voz suave que le puso los pelos de punta a Belle-. ¿Podría hablar un momento contigo, por favor?
    Rubi se tensó cuando lo vio entrar, como las cuerdas de un violín. “Por favor, que no me lea la mente, que no me lea la mente…” pensó la joven para sí misma.
    -Gold, ¿en qué puedo ayudarle?- intentó que el tono de su voz fuera casual.
    -Cuando tengas un momento, me gustaría preguntarte un par de cositas- respondió bajando la voz para evitar que el resto de clientes lo escuchara.
    -¿Le sirvo algo mientras?-dijo tratando de que no se le notara lo nerviosa que estaba. “Que no me lea la mente, que no me lea la mente…”
    -Sí, por favor, un café…bien cargado, si eres tan amable.- Respondió sentándose en la barra en el mismo sitio donde el día anterior se había sentado Belle.
    -Enseguida, pero para lo de la charla va a tener que esperar un poco, tengo mucho trabajo retrasado y no tengo ganas de que se me amontone- Mintió la camarera, desviando la mirada para que sus ojos no se encontraran con los de Gold. “Que no me lea la mente, que no me lea la mente…”
    -Sí, por supuesto, cuando tengas un momento- Dijo él mirándola sospechosamente. La notaba tensa por alguna razón. Quizás no tuvo un comportamiento tan “digno” la noche pasada como dijo Charming, y por eso no quería mirarle a los ojos.
    Rubi le sirvió una taza de café humeante y se dispuso a limpiar las mesas y ordenar las sillas para hacer ver que tenía mucho trabajo, con la esperanza de que el prestamista se diera por vencido y decidiera aplazar aquella conversación. Seguro que quería preguntarle lo que le ocurría a Belle la noche anterior, y ella no sería la que se lo dijera… “¡Que no me lea la mente…!”
    Gold tomó la taza de café entre sus manos, mientras perdía la mirada en el oscuro líquido, intentando dejar la mente en blanco por un momento. Respiró su aroma y le dio un largo trago con la esperanza de que le a aplacar aquel dolor de cabeza y le ayudara a terminar de despejar aquellas brumas que todavía envolvían sus recuerdos.
    -Rubi, yo ya me voy –escucho una voz detrás de él que le hizo dar un vuelco el corazón y le aceleró el pulso. Se controló para no darse la vuelta y mirarla directamente, no quería molestarla. En lugar de eso, la observó a través del espejo que había detrás de la barra, sin que ella se percatara.
    -¡Vale, cielo, nos vemos a la hora de comer! Creo que la abuelita ha hecho lasaña…- Le dijo en un tono cómplice.
    -Oh, Rubi, yo… yo no quiero molestar más, ya estáis haciendo mucho por mi y sabes que no puedo pagaros…- -con un movimiento de la mano de la camarera desechó cualquier comentario más.
    -Nada, nada… Sabes que la abuelita cuando se pone a hacer comida, hace para un regimiento, y no hay nada que le dé más rabia que tirarla. No se hable más, te espero a las 12:30, no me falles.- Dijo Rubi dejando a su amiga con una débil escusa en la boca, metiéndose en la cocina como si tuviera algo que hacer allí.
    Por un momento, Belle se quedó parada, de pie, detrás de Gold, sin saber que decir o qué hacer, ya que eran los dos únicos clientes que quedaban en el bar. Gold Continuaba observándola por encima de su taza de café a través del espejo, percatándose de su incomodidad.
    Cuando Rubi se dio cuenta de que se los había dejado a los dos allí solos, salió como una exhalación de la cocina con unas frutas en la mano.
    -Toma, cielo, llévate esto por si te da hambre en el parque. – Dijo apresuradamente- Y si te vas a sentar sobre la hierba, extiende esta mantita para que no tomes frío- Dijo alcanzándole un bulto de lana y acompañándola hacia la puerta.
    -Gracias, Rubi, no sé qué haría sin ti…- Contestó Belle abrumada por tantas atenciones.
    La campanilla de la puerta volvió a sonar para dejar salir a la muchacha de pelo castaño y Rubi tragó fuerte porque sabía lo que se le venía encima. “Que no me lea la mente, que no me lea la mente…” se repetía sin parar como un mantra interno.
    “Que no me lea la mente, que no me lea la mente…”
    -Rubi…
    -¡¡Qué no me lea la mente…!!- Gritó sin querer de repente la camarera.
    Gold la miró confundido ante semejante explosión y notó como su cara pasaba del color carne al rojo, para momentos después pasar al granate.
    -Esto… ¡Perdón ¡ ¿Qué Decía Mr. Gold? – Intentó disimular su vergüenza detrás de una sonrisa despreocupada, que distaba mucho de su estado de ánimos.
    Gold la miró receloso notando que ocultaba algo, pero su dolor de cabeza y el haber visto a Belle le recordaron el porqué había ido esa mañana a Granny´s.
    -Bueno, en primer lugar me preguntaba…-Hizo una pausa tratando de encontrar las palabras adecuadas- Me preguntaba sobre anoche…y si tú me podrías decir…Bah, que si anoche hice alguna barbaridad, vamos- Soltó de sopetón como el que se quita un gran peso de encima.
    Rubi lo miró con los ojos como platos, “¿En serio que no recordaba nada de la noche anterior?” Por un momento, su traviesa mente pensó en hacerle una jugarreta y ver hasta que punto podía avergonzarlo, pero se le fue enseguida de la cabeza cuando recordó que él era El Señor Oscuro y que últimamente no estaba para muchas bromas.
    -¡No, no, por supuesto que no! Apenas nadie se dio cuenta de que estaba ahí sentados usted y Charming – y realmente fue así
    - ¿No hice nada inconveniente o le dije algo a… a Belle? – Preguntó el hombre sin mirarla directamente. Su expresión era sombría, como si realmente le preocupara lo que la muchacha hubiera podido apreciar sobre él, y Rubi se arrepintió de su primer impulso de torturarlo.
    -No, no se preocupe. Se comportaron los dos muy correctamente, es más ¡ya quisiera yo que todos los borrachos fueran como ustedes dos!- Rió la chica, descargando tensiones.- ¿Eso es Todo?- Preguntó Rubi esperanzada de que le dijera que sí.
    -Sí, Rubi, gracias…- Dijo el hombre- Bueno, quisiera comentarte otra cosa- La detuvo cuando se dirigía otra vez hacia dentro de la cocina.
    Rubi levantó la mirada hacia el techo, maldiciendo internamente. “ A que todavía me lee la mente…”
    -No he podido evitar escuchar la conversación que tenías con Belle- Dijo con un tono de determinación pero con suavidad-, y sé que te estás haciendo cargo de sus comidas…
    -¡Sí, pero si es un pajarito comiendo!- Intentó quitarle importancia.
    -Ese no es el tema- La cortó tajante-. La cuestión es que quiero hacerme cargo de sus gastos, tanto los de aquí como los que pueda ocasionar en cualquier otra parte, ¿entendido?- Su tono no dejó lugar a discusiones, y Rubi tragó con dificultad viendo la oscuridad en sus ojos-. No creo que tenga que decirte que de esto ni una palabra a ella, ¿Verdad?- Esto último lo dijo en un tono tan suave y a la vez peligroso que se le pusieron los pelos como escarpias, y lo único que pudo hacer fue asentir fuertemente con la cabeza, a modo de entendimiento.
    -Te dejo esto, si hiciera falta más me lo dices, y todas las semanas me preparas la cuenta de Belle – dijo dejando sobre el mostrador quinientos dólares.
    Gold tomó su bastón y se dirigió a la puerta con su característico y lento caminar.
    Rubi lo observó desde el otro lado de la barra sin soltar el aliento hasta que se cerró la puerta detrás de él. ¡Dios, qué tensión! Tomó el dinero de encima de la barra y lo metió en la caja. No le diría que no, que las cosas no estaban como para ir despreciando el dinero, y para una vez que éste cambiaba de manos en la otra dirección tenía que aprovecharlo.


    A un par de manzanas de Granny´s, en el parque, Belle se dirigía hacia el gran roble que dominaba la cima de una pequeña montaña a la que no costaba mucho llegar caminando.
    La joven se paró junto a su gran tronco y llenó los pulmones con el fresco aire de la mañana, cerrando los ojos e intentando calmar su mente, como otras veces que se refugiaba allí, escuchando el sonido del viento entre sus ramas y sus hojas, como un arrullo que le transmitía paz y calma, la paz y la calma que tanto le hacían falta ahora para tomar la decisión tan difícil que tenía en mente.
    Pero hoy era distinto. Podía escuchar a los pajarillos cantando entre las ramas de su árbol, y escuchar el viento meciendo sus hojas, pero aquella calma que tanto necesitaba hoy, no llegaba.
    Extendió la manta que Rubi le había dado, sobre el césped, y se sentó sobre ella. Al dejar descansar su cuerpo sobre el suelo, notó el pequeño bulto que tenía dentro de su bolsillo y todavía no había abierto. Era una pequeña cajita sin ninguna marca en particular. Con dedos temblorosos la abrió sin esperar lo que había dentro.
    Era un precioso anillo de platino. Las dos bandas de metal abrazaban seis diamantes y en el centro de éstos, un Ópalo, la piedra del amor. Era un anillo realmente precioso, y muy valioso, por lo que podía ver. Lo sostuvo delante de sus ojos, admirándolo con la boca abierta. El diseño era realmente exquisito y elegante, aunque contrastaban los diamantes con aquella piedra blanquecina, pero el conjunto era hermoso. Aquel anillo debía de valer una pequeña fortuna, y se suponía que le pertenecía a ella.
    Lentamente, una pequeña llama de esperanza se encendió en su cabeza. Ahora sabía cuál era el camino a seguir. Pero lo primero era ir a ver al Dr. Whale.


    CAPÍTULO 5
    UN ANILLO DE ÓPALO
    El sonido de la tetera anunciando que el agua ya estaba caliente, sacó de su ensimismamiento al dueño de la casa de empeños, que miraba distraído el anillo que llevaba en su mano derecha.
    Era una pieza singular pero sencilla que había adquirido cuando estaban en el Bosque Encantado y que para él tenía un significado muy especial.
    Se trataba de un anillo de Ópalo engarzado en oro, con un diseño muy sencillo y que había dejado entre las pertenencias que deseaba llevar cuando se hubiera lanzado la Maldición Oscura y finalmente llegaran a el destino que Regina tenía preparado para todos los habitantes del Bosque Encantado.
    Caminó despacio hasta el objeto que emitía el silbido y lo retiro del fuego, vertiendo el agua hirviendo sobre las hojas de té de la otra tetera. Cuántas veces había hecho ese mismo gesto para prepararle a Belle el té que tanto le gustaba. Le recordaba a El castillo Oscuro, le había dicho en alguna ocasión, y sus ojos se oscurecieron al recordar a su pequeña tacita astillada otra vez.
    No quería volver a pensar en ello, eso ya formaba parte de su pasado y no tenía sentido continuar torturándose de esa manera.
    Volvió su vista hacia el anillo, un anillo que en su día despedía un resplandor azulado que le recordaba a los ojos de Belle…Los ojos de Belle cuando sonreía, o cuando lo miraba confusa porque no sabía si estaba hablando en serio o gastándole una broma, o cuando simplemente lo miraba embelesada por las mañanas al despertarse junto a él…
    Apretó el puño con rabia, como queriendo hacer que aquel anillo reviviera y recuperara su fulgor azulado, aquel que perdió en el momento en que Belle cruzó la línea divisoria de Storybrook y quedó apagado junto a la memoria de ella, desapareciendo todo rastro de cualquier emoción que Belle pudiera sentir por él.
    Cerró los ojos y tomo aire buscando con desesperación algo en lo que mantener su mente ocupada y que no le llevara a ella, pero era inútil, hasta el más mínimo detalle traía el recuerdo de Belle a su cabeza sumiéndolo en una profunda tristeza.
    Acarició con la yema de los dedos aquella piedra blanquecina, como queriendo infundirle algo de la vida que en su día tuvo, pero que ahora no era más que eso, una piedra sin vida que le recordaba cada día lo que había tenido y en un momento se esfumó.
    Los recuerdos de cuando tomó por primera vez aquel anillo en sus manos, se agolparon en su mente. No distaba mucho aquella piedra de la que en un principio tubo ante él cuando uno de los habitantes del bosque encantado se lo entregó como pago de un hechizo que le había encargado.
    - Este anillo es muy especial - Le había dicho el campesino-. Refleja la intensidad del amor que siente la persona amada, por el que lo lleva puesto, y cuando es amor verdadero, dicen que se torna de un hermoso color intenso, que nada lo puede igualar.
    - ¿Y por qué te desprendes de él? – Respondió Rumplestiltskin con curiosidad.
    - Es mi posesión más valiosa, heredada de padres a hijos, y lo único que me queda para poder pagarte – Dijo apenado el hombre, mirando el anillo como despidiéndose de él- . Pero mi familia es lo primero, y si no me prestas ayuda, morirán de hambre este invierno. Sé que no es mucho, a cambio de lo que te estoy pidiendo, pero es lo único que me queda, aparte de mi vida.
    Rumplestiltskin lo miró desde su rueca, y no pudo dejar de verse a sí mismo cuando hubiera hecho lo que fuera y de desprenderse de la más valiosa de las posesiones con tal de que no le faltara para comer y de proteger a su hijo.
    Tomó el anillo en su mano y dudó por un momento, pero cuando vio los ojos de desesperación de aquel hombre, algo dentro de él se removió. No sabía para que podría querer aquel objeto ahora que sabía que Belle había muerto y ya no tenía ninguna esperanza de encontrar el amor en nadie, pero al parecer todo aquel tema le estaba afectando y se estaba volviendo blando.
    No podía consentir que detectaran debilidad en el Señor Oscuro, así que tomó el anillo con un gesto decidido y a regañadientes contestó:
    -¡Trato hecho! Tendrás todo lo que necesites para pasar el invierno, pero recuerda, toda magia tiene un precio, y de ti depende cuidar y mantener a tu familia. Si no actúas con cautela todo lo que ahora te proporcione se te volverá en tu contra, estás avisado- Respondió el Señor Oscuro despidiéndolo con un movimiento de su mano y volviendo a su rueca como si ya no estuviera en la misma habitación.
    El campesino estrujó nerviosamente su sombrero entre sus manos, sin saber muy bien en qué consistía el trato que acababa de hacer, pero como aquel hombre o lo que fuera ya había dado por terminada la conversación, murmuró un tembloroso “gracias” y salió a toda prisa hacia su granja que no quedaba lejos de allí.
    Por el camino iba rememorando todo lo que había acontecido meses atrás, cuando una epidemia había mermado el rebaño de ovejas hasta dejar apenas unas decenas de un total de doscientas. Su esposa había fallecido un año antes, dejándolo con sus tres hijos pequeños y su hija adolescente. Dios, cuanto tenía que agradecer que su Mary se hubiera ocupado de los pequeños y de la casa cuando su madre falleció, no sabía qué hubiera sido de ellos sin Mary.
    Pero cuando la muchacha también cayó enferma, la desesperación se apoderó de él y, aunque sabía los riesgos que conllevaba, decidió ir a pedir ayuda al único ser que se la podría brindar, El Señor Oscuro. No le importaba el precio que tuviera que pagar, siempre y cuando fuera él el que lo hiciera, por eso le ofreció aquel anillo y su vida a cambio de la de su familia.
    Ese anillo había significado mucho para él, y siempre le había dicho la verdad, ya que hasta el momento de la muerte de su esposa, estuvo resplandeciendo con un fuego intenso en el corazón de la piedra, que se había encendido en el momento en que se conocieron, que había ido creciendo a medida que se iban enamorando hasta convertirse en una llama brillante, y que se apagó cuando el corazón su esposa dejó de latir. Ya no lo necesitaba.
    Realmente no esperaba salir con vida de aquel castillo, y cuando Rumplestiltskin tomó el anillo como único pago a su acuerdo, dudó de si realmente le estaba engañando o si habría algún motivo oculto que más adelante se volvería en su contra.
    Cuando llegó a su casa, vio que salía humo de su chimenea. Extrañado se asomó con cautela por la puerta de su hogar, descubriendo con sorpresa que su hija se encontraba a los pies de la lumbre, preparando algo para comer.
    -¡Mary!- Exclamó con sorpresa. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras corría a abrazar a su hija, que se refugió en los brazos de su padre con una sonrisa en los labios- ¡Dios, estás bien! ¡Pero si apenas te podías mover cuando salí esta mañana! – La miró embelesado, intentando encontrar algún rastro de su enfermedad.
    -Ha sido un milagro, padre. No sé qué me ha pasado realmente, pero de repente un intenso calor se apoderó de mí y comencé a respirar con normalidad. Intenté levantarme y aquí estoy, padre… ¡No te lo vas a creer, tienes que venir a la alacena y ver esto…!- Lo arrastró de la mano hacia la habitación donde se solían guardar los alimentos, y que horas antes estaba completamente vacía.
    Ante sus ojos aparecieron todos los estantes repletos de comida y diversas clases de embutidos colgados del techo a modo de sabrosos collares.
    -¿Y tus hermanos?- Preguntó con entusiasmo mirando a su hija sin todavía creer lo que veían sus ojos.
    -Esa es otra, padre. Están en el establo, tienes que ir allí, es un milagro…- Los ojos de la muchacha brillaban con alegría y vitalidad, y su cara rebosaba felicidad.
    -Quédate aquí, Mary, no quiero que te enfríes, vuelvo enseguida- se despidió con un beso en la frente y salió apresurado hacia los establos, donde le esperaban sus tres hijos varones.
    Tras las puertas del establo se encontraban las doscientas cabezas de ovejas que en su día tuvo, llenas de vitalidad. Los tres chicos las observaban sin poder creer lo que tenían delante, y cuando vieron entrar a su padre salieron corriendo hacia él hablando todos a la vez intentando explicarle a su padre cómo había aparecido aquel rebaño en su corral.
    El hombre estaba aturdido y asombrado con lo que tenía delante. Si todo esto había sido obra de Rumplestiltskin, tenía que tener bien en cuenta sus palabras y no desperdiciar esta oportunidad que se le brindaba. Realmente temía el precio que aquella magia podría conllevar, sólo esperaba que si alguien tenía que pagarlo, fuera él mismo.


    El Señor Oscuro continuó haciendo girar la gran rueca que tenía en su torre, observando como aquellas hebras de lana se transformaban en oro con cada movimiento de su mano. Por un momento, una sonrisa ladeada curvó sus labios, mientras podía imaginar la cara de aquel hombre que había acudido a él para salvar a su familia, cuando viera el resultado de su trato.
    “Me estoy volviendo blando. Realmente, el amor es debilidad” pensó para sí mismo. El amor, algo que siempre se le había negado, y que por su empeño en completar aquella maldición había expulsado de su vida y había permitido que muriera.
    Tomó el anillo que le había entregado el campesino y lo sostuvo entre sus dedos mientras recordaba a su amada Belle. ¿¡Cómo había sido tan estúpido de no haber pensado en aquella posibilidad!? .
    Fue por su culpa el que Belle hubiera muerto. Fue porque él la echó de su castillo, pensando que, una vez lanzada la Maldición Oscura y ya en el nuevo mundo que Regina les tuviera preparado, él podría volver a intentar conquistarla y tener al fin la felicidad que en éste mundo se le había negado, y una vez rota la maldición, ir juntos en busca de su hijo, Bae. Todo había sido culpa de él.
    Pero no contó con que su padre la repudiara y se comportara de aquella manera tan cruel con ella, hasta el punto de hacerle daño físicamente. No, la culpa había sido de Sir Maurice. Si no se hubiera comportado así con ella, si la hubiera aceptado de nuevo como cualquier padre hubiera hecho con su hija, después de todo, él jamás se aprovechó de ella y siempre la respetó… A excepción de aquel beso. El beso que le demostró que realmente lo amaba tanto como él la amaba a ella. El beso que le arrebató sus poderes hasta que él pensó que todo había sido un engaño…
    Un dolor como el de una espada atravesando su carne, laceró su pecho al recordar aquel momento, y la sensación de pérdida se apoderó de su corazón haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas mientras observaba aquel anillo entre sus dedos.
    Una de aquellas lágrimas resbaló por su cara hasta caer sobre la piedra blanquecina que sostenía en su mano. Al contacto de aquella lágrima, la piedra quedó envuelta en una pequeña nubecilla dorada y resplandeciente, que cuando se disperso reveló otro matiz de color en la misma.
    La piedra engarzada del anillo había pasado de un color blanquecino y sin vida, a un color azulado intenso que le recordaban poderosamente a el color de los ojos de Belle. Sus ojos cuando lo miraban asustada, sus ojos cuando lo miraban con picardía, sus ojos cuando le regaló aquella rosa, sus ojos cuando lo miraban enfurecida… Sus preciosos e increíbles ojos azules como el cielo, llenos de vida, la que ya no tenían, y todo por culpa de Sir Maurice…
    Volvió a cerrar los ojos con furia, “calma, todo a su debido tiempo” pensó tratando de controlar la rabia que se apoderaba de él, “calma, ya lo pagará. El tiempo corre a mi favor. Calma…”

    Volvió a abrir los ojos y esta vez se encontró de nuevo en su tienda, delante de la tetera humeante y acariciando todavía el anillo de su mano derecha.
    Se sirvió una taza del líquido ambarino y se sentó en uno de los sillones que tenía en su trastienda. No tenía otra cosa que hacer, más que pensar en la manera de devolver la memoria a Belle.
    Una vez que ya sabía la ubicación concreta que le había dado el globo terráqueo de Bae, le había hecho el encargo a Emma del favor que quería que le devolviera, que le trajera aquí a su hijo costara lo que costara. Y Gold confiaba en que ella cumpliría su palabra, en el fondo se parecía mucho a él en muchos aspectos, hasta en los malos, lo cual le daba una ventaja sobre ella, y era que sabía perfectamente cuál sería su próximo movimiento. Hasta cuando se trataba de intentar engañarle.
    Removió lentamente el té que tenía delante y aspiró su aroma, agradecido de haber podido quitarse a Belle por unos momentos de la cabeza, siendo ocupado su lugar por su otra obsesión. Su hijo. Ya estaba más cerca de encontrarlo, después de todo, todo cuanto había hecho había sido por encontrarlo de nuevo y recuperarlo.
    Le dio un trago a la bebida caliente, y permitió que resbalara lentamente por su garganta transmitiéndole algo de ese calor que tanto necesitaba para recordarle que todavía estaba vivo. Le abrasó toda la tráquea, pero le daba igual, por lo menos sentía algo que no era aquel dolor en el pecho que ya se estaba haciendo tan familiar.
    Al llevar la taza a sus labios, sus ojos volvieron a descansar sobre aquel anillo. Era curioso como en ningún momento se le pasó por la cabeza el pensar que Belle pudiera estar viva, ni siquiera cuando el anillo resplandecía en su dedo, siempre pensó que se debía al efecto de sus lágrimas en él y no a que su amada continuaba con vida. Pero cuando apareció en su tienda aquella mañana empezaron a encajar las piezas.
    Recordó entonces otro anillo. Un anillo que él mismo había encantado para regalárselo a Belle.
    Era un anillo que había modificado para poder ponerle un Ópalo con las mismas características que el que él llevaba puesto, y que al dejarle caer una de las lágrimas que había guardado en los momentos de más desesperación, al creer que la había perdido para siempre, había quedado encantado.
    Respiró hondo y se volvió a sumir en los recuerdos del día en que se lo entregó a su amada.
    Apenas hacía unos meses había querido sorprenderla yendo a buscarla a la biblioteca.
    -¡Hola Belle!- Había saludado alegremente Gold a la chica que estaba detrás del mostrador de la biblioteca.
    -¡Rumple, que sorpresa!- Su sonrisa iluminó toda la estancia y salió corriendo a recibirlo.
    Gold se dejó besar tiernamente, mientras la atraía hacia él con la mano libre del bastón. Dios, que hermosa era. No quería que ese momento terminara nunca, pero si quería llevar a cabo su misión, tendría que ir pensando en soltarla.
    Con desgana, separó sus labios de los de ella, que pareció también algo contrariada por el final de aquel beso.
    -Eeehhhh… Me preguntaba si habrías comido ya – dijo todavía aturdido por el contacto tan cercano de su amada.
    -Pues no, todavía no. Tenía pensado ir a Granny´s y tomar un sándwich o algo así…Pero, ¿has pensado en alguna otra cosa? – Respondió la joven con una mirada pícara en sus ojos azules.
    “¡Que si he pensado en alguna otra cosa, dice!” pensó el hombre apretándola contra sí “¡¡Si yo te contara en lo que he pensado, buah, madre mía…!!”
    -Bueno –carraspeó-, sí que tenía algo pensado…
    -¿De veras?- le acarició la línea de la mandíbula hacia la oreja con un dedo, haciendo que se le pusieran todos los pelos de punta al hombre.
    No podía apartar la mirada de los labios de ella, lo tenían hipnotizado, y lo único que le venía a la mente era poder sentirlos entre los suyos, suaves, tiernos, y poder morderlos dulcemente como ella hacía con los de él…
    -¡¡Estooo… que estaba yo pensando…!!- se separó de ella con desgana, pero o ponía un poco de distancia por medio, o la cosa iba a terminar mal, y no era ni el momento ni el lugar, con la suerte que tenían con las interrupciones…- ¿No te gustaría un pick-nic?
    -¿Un pick-nic…?- Preguntó ella algo desilusionada.
    -Sí, había pensado que podríamos aprovechar que hoy ha salido un día magnífico, y comer algo al aire libre- Respondió Gold tratando de recuperar la compostura.
    -Y ¿has pensado en algún sitio en especial? – Dijo jugueteando con la aguja de su corbata.
    -Bueno, pues podríamos ir bajo el viejo roble que hay en la cima de la colina, es un lugar precioso y desde allí se ve todo Storybook.
    -Mmmm…Vaaaleee…- Respondió la chica con desgana. La verdad es que le hubiera hecho más ilusión que le hubiera dicho de ir a su casa, aunque no hubieran comido nada…- Cojo el abrigo y nos vamos, vale?- Dijo, dándole un rápido beso antes de salir corriendo.
    Gold la miró con una sonrisa en los labios, mientras desaparecía entre las estanterías de libros. Sólo esperaba que le gustara su regalo.
    Llegaron a la parte de debajo de la pequeña montaña en el coche de Gold, de donde sacó una cesta y una manta para poder echarse sobre ella.
    Era asombroso como a pesar de su cojera tenía tanta agilidad como para subir la cuesta, que aunque no era muy pronunciada, no debía ser fácil para él. Llegaron bajo el viejo roble y se detuvieron un momento a contemplar las vistas que desde allí se dominaban.
    Realmente era hermoso, pensó Belle disfrutando la vista panorámica, pero no sabía qué era más bonito si las vistas o el estar con la persona que amaba, allí de pie junto a ella, mirándola como quien mira a una diosa, con la sonrisa más bonita que podía existir en los labios, y ese brillo de felicidad en sus preciosos ojos castaños.
    -¿Nos sentamos?- Dijo Gold sonriendo, sacándola de su ensoñamiento.
    -Sí –Le tomó la manta de las manos y la extendió sobre la hierba, disfrutando de la brisa que mecía las ramas del árbol sobre su cabeza.
    Con un poco de dificultad, Gold se tumbó sobre la manta y observó a la muchacha, mientras Belle comenzaba a sacar cosas de la cesta de comida que él había llevado preparada.
    Una ensalada fría de pollo, algo de queso, unos sándwiches fríos, unos platos, unos cubiertos, un par de copas, una botella de champan… y una pequeña cajita envuelta en un precioso lazo de terciopelo rojo.
    Belle tomo la cajita entre sus dedos intrigada y levantó la vista para encontrar los ojos de su amado que la observaban desde su postura indolente, con una mezcla de misterio, picardía y… ¿ansiedad?
    -Eeeeeemmmm… Me da que has hecho corto con el postre, Rumple- Dijo agitando la cajita suavemente.
    -Bueno, quizás es porque el postre sólo es para ti, dearie- Respondió él con una sonrisa traviesa en los labios.
    -Aaaahhh… Y ¿Se puede saber que hay de postre?- le encantaba cuando se ponía así de misterioso.
    - Bueno, el postre siempre es lo último, así que tendrás que esperar a que terminemos de comer para poder disfrutar de tu postre- Contestó él haciéndose el inflexible.
    -¡Eres un bicho malo, ¿lo sabes?! –Respondió la chica repartiendo la comida en los platos que había sacado, aguantándose la risa.
    -¡Sí, lo sé…!- Rió el hombre complacido.
    Comieron animadamente mientras comentaban las innovaciones que Belle quería hacer en la biblioteca y aceptaba gustosa las sugerencias que Gold le hacía para organizar mejor el lío que había allí montado, después de todo él era un maniático del orden, y eso lo sabía bien desde que estuvo en el Castillo Oscuro.
    Una vez terminaron de comer, Belle observó cómo Gold sirvió un poco más de champan en las copas.
    -¿No vas a abrir tu postre, dearie?- preguntó Gold con una falsa falta de interés.
    -Oh, ya ni me acordaba – Mintió la chica, haciéndose la despistada.
    -¡Yaaaa…! - El hombre contuvo la risa ante su fallido intento de engañarlo. Le volvió a dar el pequeño paquetito- Toma… Si lo quieres… - le dijo emulando la misma frase que le dijo cuando le regaló aquella rosa en el Castillo Oscuro.
    Belle lo miró con la misma picardía en la mirada, reconociendo la frase y deleitándose con la mirada que le dedicó entre travieso e impaciente.
    -Vaya, gracias- contestó siguiendo la línea, con una sonrisa deslumbrante.
    Sus finos dedos desataron el delicado lazo de terciopelo con impaciencia y desenvolvieron la pequeña cajita, conteniendo el aliento al descubrir el contenido.
    Se trataba de un precioso anillo de platino y diamantes, con una piedra blanquecina en el centro que no llegaba a identificar, pero que en conjunto era realmente elegante y refinado.
    Levanto la mirada para encontrar la de su amado, que parecía algo ansioso ante su reacción.
    -¿Te gusta?- Preguntó Gold, torpemente.
    -¿Qué si me gusta? Es precioso, Rumple- dijo un poco aturdida.
    -Trae, deja que te lo ponga- Gold tomó el anillo de la cajita y se dispuso a ponérselo en el dedo de compromiso de la mano izquierda.
    En el momento que se lo ponía, un resplandor azulado iluminó la piedra central quedando un precioso conjunto a la vista.
    Belle lo miró un poco confundida al notar que ese anillo tenía magia. Levantó la mirada buscando una respuesta en los ojos de él.
    -No temas, no es nada malo.- Respondió a la pregunta que ella no había hecho- Este anillo está encantado, igual que el que llevo yo- dijo mostrándole el de su mano derecha-. Este anillo te dirá siempre cuanto te amo, estés donde estés, pase lo que pase, mientras mi corazón te pertenezca y el tuyo me pertenezca a mí, nada podrá apagar la llama que brilla en su interior. Sólo el amor verdadero puede hacerlo brillar como está brillando ahora.
    Los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas observando el intenso fulgor azulado que despedía la piedra y que, aunque tenía magia y ella no estaba muy a favor, lo que le estaba mostrando iba más allá de la magia, era el corazón de Rumple, era el corazón de su amado y ella se sentía inmensamente feliz de llevar consigo un pedacito de su corazón.
    Se lanzó a los brazos de Gold, ocultando su cara en el cuello de su amado para que no la viera llorar de la emoción, mientras él la abrazaba y la mecía como a una niña, intentando calmar sus sollozos.
    -¡Te amo, Rumple!- le dijo casi sin voz.
    -¡Y yo te amo a ti!- contestó el hombre emocionado- Pero eso ya lo sabes, ¿Verdad, dearie?
    Estuvieron así unos minutos, hasta que se calmaron un poco los latidos de sus corazones, que galopaban desenfrenados.
    -Vamos, dearie, si no quieres que nos lleven presos por escándalo público- Bromeó Gold separándose con desgana de Belle.
    La joven se limpió las lágrimas que todavía rodaban por sus mejillas, entre risas, y se dispuso a recoger las pocas cosas que quedaban sobre la manta mientras su amado no le quitaba los ojos de encima, mirándola embelesado.
    -Por cierto- dijo la chica de repente, mirando su recién adquirido anillo-. ¿Cómo se llama la piedra central?
    -Eso es un Ópalo, la piedra de los amantes, de la pasión, del deseo…- sus ojos se encendieron como si tuviera unas llamas dentro, que no dejaban muchas dudas de lo que estaba pasando por su cabeza en esos momentos.- Llevar un Ópalo puesto es un símbolo de lealtad y fidelidad, la misma que yo siento desde que me enamoré de ti. Prométeme que no te lo quitarás nunca, Belle –Le dijo sosteniéndole la cara entre las manos, para que lo mirara directamente a los ojos.
    -¡Te lo prometo!- dijo ella sin ninguna duda en su mirada, deseando más que nada en ese momento que él la creyera.
    Sus labios bajaron para encontrar los de ella, sellando así la promesa que le había hecho, con un beso largo y dulce que aun, hasta en aquel momento allí sentado, con la taza de té en la mano, podía sentir en sus labios.

    Con un largo suspiro, volvió a la cruel realidad que suponía haberla perdido quién sabe si para siempre. “Pero no será sin luchar”, pensó con determinación. Recordó sus palabras, “cuando encuentras algo por lo que realmente vale la pena luchar, nunca lo abandonas”, le había dicho Belle en una ocasión, y ella significaba ése “algo” para él.

    21 comentarios:

    1. Impresionante, sencillamente impresionante. Muchas gracias Alli por este trabajo. Una de las pocas veces en mi vida q me quede sin palabras despues de leerle. Un beso, porque te lo mereces con muchoooooo;)

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      1. ¡Muchas Gracias, Chuki, Por Leerlo y Por Tus Palabras Tan Bonitas Que Siempre Me Animan, De Verdad, Dearie...;D;D;D!! (Por Cierto, ¿No Te Dieron Ganas De Matarme Viendo Lo Que Tiene En mente Belle...:O:O:O? :P)

        Buah, La Verdad es que Estoy Emocionadísima, Porque Siempre es una Sorpresa Cuándo Ponen El Capítulo, y Ver Que Todavía Hay Alguien Con Ganas de Continuar Leyéndolo, Para Mí Significa Mucho...:´´´D

        Y Gracias de Corazón a Becky, Que Con Todo Lo Que Lleva Encima, Continua Haciendo Un Trabajo Magnífico Con El Blog y Está Hasta en el Último Detalle, Muchísimas Gracias y Un Abrazo Muy Fuerte, Derie...<3 <3 <3

        ¡¡Muchos Besotes a Las Dos XXXxxxxxx!!

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      2. Solo nos dieron unas poquitas ganas de matarte pero por lo demas genial;)

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    2. Ali que quieres que te diga: IMPRESIONANTE, me ha encantado <3 Cada capitulo me gusta mas, la verdad esque sabes expresar muy bien lo que siente cada personaje y eso esta muy bien :D Espero con ansia el siguiente :D
      Saludos dearie y felicidades por este gran trabajo que as hecho :D;P<3<3<3<3<3

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      1. ¡Muchas Gracias, Keley, Estoy Contentísima de Que También Te Gustara Éste...Que El 4º Es Un Poco Delicado, Dearie...;P;P;P!

        Y Es Que Con Lectoras Como Vosotras, Es un Placer Escribir XD...;D;D;D ¿Te Ha Gustado la Historia del Anillo...;D;D;D? Siempre he Pensado que Detrás de Ese Anillo Hay "Algo", Que Seguramente NO Tendrá Nada Que Ver Con Lo Mío, Pero Buah, me Encantaría Que Lo Explicaran Bien...;P

        En Cuanto al Siguienteeeeee...¡Sí, Hay un Siguiente y Espero que También Te Guste, Dearie...;P;P;P!

        Un Abrazo Muy Fuerte y Muchos Besotes, Dearie XXXXxxx

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      2. Bueno en verdad el capitulo 5 ha ido casi entero de los anillos y la historia de Rumple cuando consiguio el anillo me ha encantad, dearie tanto que se me han saltado las lagrimas (Bueno esque soy muy sensible ya de por si xDxD) Pero si la verdad esque detras de ese anillo hay una historia, cual? ni idea pero una historia hay y esperemos que sea tan bonita como la que tu has escrito :P:D:D Y esperemos que el siguiente salga pronto que tengo ganas de que Belle de a luz al pequeño/a Rumbellito <3<3<3 Aunque creo que para eso queda un poquito XDXDXD
        Un abrazo y muchos besos para ti tambien dearie :):D:D:,D

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    3. Ay!!! lo estaba deseando!! y 2x1!!!! lo malo es que nos dejas con ganas de más!!! yo quiero más!!! :P :P :P

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      1. ¡¡Mi Querida Andie, Saber que, Después de Leerte Dos Capítulos De Golpe, Todavía Te Quedan Ganas De Más, Es Todo un Halago Para mí, Muchas Gracias Dearie...;D;D;D!!

        Espero Que Te Gustara Como Quedó Lo Del Tema Del Anillo, Que Ha Sido un Poco Lioso entre que "Voy y vuelvo de FTL, y que Voy y Vuelvo de Mis Recuerdos...:O", Y Que Dejara Más o Menos Clara la Idea Que Quería Trasmitir...:O ;P

        ¡Espero Que El Próximo También Te Guste, Dearie, Besotes XXXXxxxx!

        P.D.- ¡¡QUE SEPAS QUE BOBBY VA A HACER UN "ASK-ROBERT" VÍA TWITTER, ESTE DOMINGO...MUAHAHAHAHAHAHAHA...;D;D;D!!

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    4. IMPRESIONANTE ALI!! Quien te enseño a escribir asi?, repito como las otras veces, me encantan los detalles que haces, no dejas nada librado a la suerte. Otro punto es que (esto es particular mio), me gusta justamente lo que vos haces mostrando los sentimientos, pensamientos, de cada actor en la circunstancia que se le presenta, hay libros tipo Harry Potter etc, que al ser escritos en primera persona sentís que te perdes de cosas, por eso no me gusta tanto esa forma.
      Ultimo no se te perdona si lo dejas asi dearie, ahora lo quiero terminado, jaja,
      Abrazo dearie!!

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      1. ¡Muchísimas Gracias, Lourdes, Por Tus Palabras, Realmente Nunca Hubiera Esperado Que Os Gustaran Mis Locuras (Que No Te Puedes Imaginar El Ruido Que Hacen Dentro de mi Cabeza, y Cuando Las Dejo Salir, Es Casi un Descanso y un Alivio...;P ;D;D;D )!

        En Cuanto a Los Detalles, Bueno, Supongo que Una Historia No Es Sólo "Chico Conoce a Chica...Chico Besa a Chica...Chico se Casa Con Chica...Chico y Chica Tienen Gemelos (Un Chico y Una Chica...;P)", Claro Cuando Dicen Que "Una Imagen Vale Más Que Mil Palabras..." ¡Es Cierto...:O!, Y A Veces Dejando Algunos Detalles, Como Que Uno Puede Hacerse Mejor La Idea De "La Imagen" que yo Tengo En La Cabeza, Pero Bueno, Lo Bonito de la Imaginación es Que Cada uno Lo Puede Adaptar a Su Manera...;D;D;D

        ¡Tranquila, Dearie, Que No Se Queda Así...;D;D;D! ¡¡¡Pero No Esperéis Que Os Termine La Serie, Que Esto Tiene Mucha Tela Pa Cortar...;P;P;P!!!

        ¡¡Muchas Gracias Por Tus Palabras, Dearie, y Muchos Besotes XXXXxxxx!!

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    5. oye, dime que faltan capítulos, me muero si me dejas a belle desmemoriada, me encanto el cap dearie, los 2, pero debes responder mucho:
      - que paso entre charming y gold?
      - que piensa hacer belle con el embarazo?
      - que paso con la memoria de belle?
      - acaso aparcera bae?
      - y debes continuar la historia del granjero (cual es el precio a pagar)?

      no me mates con la espera y escribe el siguiente capitulo yaaaaaa....

      att: daniel (bloggero)

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      1. ¡Bloggero...Me Alegra que Te Guastaran Los Capis, Dearie...;D, y Tranquilo que Todavía Quedan Algunos Capitulillos Por Ahí que Ya Están Escritos...;P ;D;D;D!

        En Cuanto a Tus Preguntas, Me Alegra Mucho Que Me Las Hagas, Porque Así Tengo La Oportunidad de Aclarar Las Dudas Que Puedan Surgir...;D

        - Entre Charming y Gold NO Pasó Absolutamente Nada, Sólo Se Pillaron Una Castaña Como Un Piano de Cola y Durmieron La Mona En Casa de Gold, Nada Más...;D;D;D

        - Lo Que Piensa Hacer Belle Con El Embarazo Viene en el Próximo Capítulo...:O ;P

        - ¿Qué Pasó Con la Memoria de Belle...:O? Pues Que La Perdió Cuando Cruzó La Línea, No...? El Tema Es Que “Lacey” NO Existe Para Nada, Lo Cual Quiere Decir que Regina Ni Se Asomó Por El Hospital Con Su Cajita de Cerillas de “The Rabbit Hole” , Ni Ocurrieron Un Montón de Cosas Que Sí que Han Ocurrido En La Serie…;D;D;D

        - Bae y Algunos Otros Personajes NO Salen En El Fic, Sorry...;P

        - ¡¡"El Precio a Pagar Por La Magia..."!! Bueno, Eso Es Algo Que Siempre Me He Preguntado, ¿Por Qué Hay Algunos Que Tienen Que Pagar Ese Precio y Otros No...Y Quién Realmente Tiene Qué Hacerlo...:O ;D?
        De Todas Formas, El Granjero le Dio En Pago a Rumple Su Vida y Un "Anillo Mágico", y Aunque Rumple Sólo Tomó El Anillo y le Perdonó La Vida, Sí que Le Cambió "Magia Por Magia"...:O:O:O ;P

        Bloggero..., Muchas Gracias Por Leerlo y Plantearme Tus Dudas, Dearie, Espero Habertelas Aclarado Un Poco...;D;D;D

        Besotes XXXxxxx

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      2. niaaa, me dejaras medio muerto, pareces los productores en rueda de prensa, tengo un fanfic, medio loco que mas parece una investigacion estilo csi, pues mi estilo es mas reseñatico. ajajaja

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    6. AWWWWWW!!!!! Dearie, que dulce todo. El detalle del anillo me encanta y se me ha escapado una lagrimilla por ahi... Me encanta la relación tan protectora que tiene Ruby con Belle. Ya estoy queriendo leer el siguiente. :)

      PD: Ya se que soy un poco pesada diciendote siempre que es genial, pero es que me encanta darte mi opinión y mi enhorabuena por tus fics.

      Muchos besos!!

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      1. ¡Rebe, Dearie, Sabes Que Siempre se Agradecen Tus Ánimos y Tus Palabras, y Estoy Encantada de Recibirlas...;D;D;D! Y Si Tienes Que Tirarme Las Orejas Por Algo, No Te Cortes, Que Seguro Que Hay Cosas Que No Te Gustan Por Lo Que Sea, y Para Eso Están las Opiniones...¡También Se Agradecerán...;D;D;D!

        En Cuanto a Rubi, Yo es Que Siempre La He Visto Un Encanto, Con Mala Suerte y un Gran Corazón, y Muy Protectora Con Sus Amigos, Que Ya lo Pasó Bastante Mal Ella Cuando Se Quedó Sola por Culpa de Ser Loba...:´´´( Me Sabe Bastante Mal Que La Hayan "Aparcado" en La Serie...:P

        Muchas Gracias Por Tus Palabras y Besotes para Ti También XXXXxxxx

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    7. Acabo de leer todos los capis y sólo puedo decir que...¡¡ME ENCANTA!! *se levanta y aplaude* Me tiene totalmente perpleja lo maravillosamente bien que está contada la historia, y como Rumbelle que soy, estoy disfrutando de lo lindo ^^ ¡¡Necesito más capis!! jeje Xaooo. ^^

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      1. ¡Muchas Gracias, Kahlan, me Alegro Mucho de que Te Gustaran, Ojala Los Siguientes Te Gusten También, Dearie...;D;D;D!

        En Cuanto a lo de Ser Rumbelle...¡¡¡Tomaaaaaa Yaaaaaa...Una Más, Me Encanta Que Vaya Creciendo Nuestro Grupete je, je, je...Es Que NO Puedo Evitarlo...;D;D;D!!!

        Besotes XXXXxxxxx

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    8. Ali, si me permites llamarte Ali, claro XD Me ha encantado, de verdad, sobre todo cuando vas comentando el dolor que siente Rumpel, incluso, luego, cuando vas detallando sus expresiones faciales ( justo el el momento que la el regalo, anillo, y la frase de la "rosa) En serio ha sido leer esto y recordar a Boby, quiero decir intensamente, casi como si él estuviera interpretando tus palabras en mi cabeza, en serio, PERFERCTO, dearie!
      Como rumbelle que soy desde los inicios de la serie, bueno, he sido más Rumpeliana, pero es casi lo mismo,... TE FELICITO!! Y espero con ansias que se reunan, no nos hagas sufrir tanto como los guionistas,... que al fin y al cabo no so tan malos, pues la primera emisión de la tercera temporada es el día de mi cumple!!! Va a ser el mejor!!! Vivan los rumpelnianos 17 años que cumpliré!!! :D

      Besosss, dearie,... DESEANDO LEER EL SIGUIENTE <3

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      1. ¡¡Claro que Te Permito Llamarme Así, Todos Lo Hace, Dearie (Acento Arriba, Acento Abajo...;P;P;P)!!

        Me Alegro Muchísimo de que Te Gustaran Los Capis, y en Cuanto a la Expresión de Bobby, Esa es Una de las Cosas Que Más me Gusta de Él, Lo Expresivo que Es, Sin Apenas Decir Nada, Sólo Con Los Ojos o Un Movimiento de Cejas, Dice Tantísimas Cosas...;D;D;D ¡Me Tiene Enamorá Que NO se Me Nota, Verdad...:O ;P?)

        ¡Me Ha Gustado lo de Rumpeliana, Yo También me Incluyo en Esa Categoría...;D;D;D!

        Y MUCHAS FELICIDADES POR TU CUMPLE, Que Hala Que Te Quejarás del Regalo Que Te Van a Hacer, Eh...? ;D;D;D Espero Que Te Lo Pases Genial y Lo Disfrutes un Montón, Seguro Que Es Memorable, Dearie...;D;D;D

        Muchos Besotes, Larissa, y Gracias Por Tus Palabras XXXXxxx

        P.D.- Como Le Decía a Andie Más Arriba...¡¡¡Acuerdate que Este Domingo Bobby Va a Hacer un "ASK ROBERT" Por El Twitter...Ya me Contarás, Dearie...;D;D;D!!!

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      2. Si es verdad estamos tan acostumbrad@s a llamarte Ali que ni se me habia pasado por la cabeza preguntarte si te podiamos llamar asi.Pero supongo que si ;)

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      3. ¡¡Jua, jua, jua...Sí, No Hay Ningún Problema, Dearie...;D;D;D!!

        En un Principio Quería Haberme Puesto "Alí Ba-ba y los 40 Ladrones", Dada la Cantidad Bancos y Cajas de Ahorros que se Estaban Dedicando A la "Noble Labor" de Aligerar Las Cuentas de los Sufridos Curritos que, Inconscientemente, Depositaban sus Ahorros y Confianza En Ellos Con la Ingenua Creencia de que Allí Estarían Seguros...:O:O:O ¡Pero Me Pareció Un Poco Largo y Lo Dejé Sólo en "Alí Ba-ba"...;D;D;D

        La Abreviatura Está Muy Bien, Dearie...;D;D;D Besotes XXXXxxx

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