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  • jueves, 20 de febrero de 2014

    Fan Fic: Once Upon a Time in Neverland 1


    Tras abriros el apetito con el prólogo de este nuevo fic, continuamos con el primer capítulo de Once Upon a Time in Neverland, titulado "You Only Must Believe".

    Chapter 1: You Only Must Believe



    L

    os Lost Boys bailaban alrededor del fuego de la hoguera, todos festejaban la llegada del verdadero creyente, todos salvo uno. Henry estaba acurrucado al pie del árbol del ahorcado, hecho un ovillo y sin querer tener nada que ver con los malditos niños. Desde el otro extremo, Peter Pan observaba al muchacho. Con su flauta en mano se acercó al chico.


    - ¿Te encuentras bien chaval?


    Henry no contestó.


    - ¿Tienes hambre?


    Siguió en silencio.


    - Eh venga, no puedes estar así, esto es Neverland, puedes hacer lo que quieras - Peter se agachó para estar más cerca del chico.


    - Lo único que quiero es volver con mi familia – Le respondió Henry con rotundidad.


    - Debes ir olvidándote de tu familia.


    - Nunca lo haré, mis madres vendrán a por mí, me salvarán y volveremos a casa.


    - ¿Cómo estás tan seguro? – Preguntó Pan sonriendo con confianza.


    - Porque creo en ello.



    Hace muchísimos años, en el Bosque Encantado, había un esclavo. Era un niño huérfano que nunca había conocido el cariño de un padre y una madre, y ello lo había hecho terriblemente desdichado. Siempre había trabajado para otros en los trabajos más ingratos y duros, y ahora a Malcolm le tocaba hacer de herrero. Llevaba trabajando desde antes del alba, sus manos tenían quemaduras y siempre estaban sucias, como su pelo castaño claro y su rostro lleno de sudor y grasa que no podía ocultar su áspera expresión y el profundo odio que brillaba en sus ojos verdes. Odio que usaba en su propio beneficio, gracias a él sacaba fuerzas para golpear con saña los metales que le daban, para hacer cuantos más pudiera. Con cada martillazo Malcolm repetía siempre la misma palabra, Neverland, ya que siempre mantenía la esperanza de una vida mejor.
     

    - Se ha hecho bastante tarde –dijo Steel, el dueño de la herrería- puedes irte ya.


    - Pero señor - Malcolm remarcó la palabra “señor” - aún es un poco pronto, puedo hacer algunas piezas más - Malcolm cobraba por pieza.


    - No no, he quedado en el burdel que queda afuera de Hamelín, ¿Quieres acompañarme?


    - No señor.


    Pese a lo miserable de su existencia, Malcolm seguía teniendo sueños, sueños sobre el amor verdadero, un amor verdadero con el que recorrería el mundo, libres ambos de ataduras y responsabilidades.


    Una vez cerrada la herrería puso rumbo a su casa, una choza construida sobre la copa de un árbol era todo lo que podía permitirse. Pero ese día el destino le tenía preparado algo diferente. Por el estrecho sendero que salía al bosque apareció un hombre a caballo, se le acercaba tan rápido que Malcolm pensó que lo arrollaría, pero en el último momento el caballo frenó, lanzando a su dueño al suelo.


    - La próxima vez no iréis tan rápido - La miseria que rodeaba al aprendiz de herrero no le impedía ser alguien arrogante.


    - Malnacido, ¡Percy! ¡Percy! - Gritaba el desconocido.


    Al momento apareció un caballero a lomos de otro caballo, esta vez tanto el caballo como la armadura eran completamente negros.


    - Majestad - Presto ayudó a ponerse en pie al rey.


    - ¿Majestad? ¿Acaso vos sois…? - Malcolm miró de arriba abajo al rey.


    - Maldito mocoso, te has atrevido a insultar a tu rey y me has humillado provocando mi caída, serás castigado.


    - ¡Pero si yo no he hecho nada! Vos ibais demasiado rápido… Y además el mocoso sois vos, ¿Rey? Solo me sacarás unos años.


    El rey desenfundó su espada y la puso sobre la garganta del herrero.


    - Una palabra más y no tendrás que preocuparte del castigo.


    - Rey Ricardo –intervino el caballero de negro - ¿qué castigo le impondréis?


    - Dele cien latigazos sir Percy.


    - ¡NO! ¡NO! - Gritó Malcolm desesperado - ¡Por favor!


    - No hay compasión para los que osan ofender al rey.


    Y sin ningún esfuerzo, el caballero apresó a Malcolm y se lo llevó a la espesura del bosque. 

    Desde su caballo el rey escuchaba los gritos del joven, sin embargo estos cesaron rápidamente. Preocupado por si el castigo lo habría matado fue tras los pasos de su lacayo.


    - ¡¿Es que no vas a gritar?!


    Malcolm había rogado, pero tan pronto recibió el primer latigazo decidió callarse, no iba a dejar que le arrebatasen lo único que tenía, su dignidad.


    - ¡VAMOS! ¡Suplica, llora, haz algo! - El caballero de negro espoleaba el látigo cada vez con más fuerza.


    Una vez el rey y su sirviente se hubieron ido Malcolm se dejó caer, todavía con el torso desnudo, sobre la tierra. Sintiendo su sangre caliente brotar de su espalda y regar la tierra… Fue cerrando los ojos y se quedó dormido.



     - ¿Wendy? ¿Wendy?


    - Arriba Peter - Respondió la chica.


    Pan miró hacia el hueco que había en el tejado, sin ningún esfuerzo voló y subió hasta él.


    - ¿Qué quieres ahora? - Preguntó Wendy molesta.


    - He venido a verte - Dijo Peter sentándose a su lado.


    - Pues ya me has visto - Ella no lo miraba.



     - Yo…

    - No quiero oírte Peter ni tampoco verte, no quiero saber nada de ti.


    - ¿Por qué no comprendes que esto es lo mejor para ti?


    - ¡¿LO MEJOR PARA MÍ?! Llevo presa en esta isla años, tantos que ni siquiera sé cuantos, me separaste de mis hermanos, de mis padres, de Baelfire, me lo quitaste todo Peter Pan. Que equivocados eran los cuentos que contaba sobre ti.


    - Pero no has crecido y sigues siendo una niña, eso era lo que querías.


    - Sí, ¿pero a qué precio?


    - Toda magia conlleva un precio Wendy, no se puede tener todo en la vida – Decía Peter mientras se alejó volando…- Y como veo que no estás muy contenta en la casita que te he buscado, volverás a tu jaula – Añadió con rabia.



     Despertó, ya era de día otra vez. Se intentó levantar más sintió algo cuando lo intentó.


    - ¿Vendajes? ¿Pero cómo? - Palpó su espalda y su torso, en efecto alguien le había vendado y curado las heridas.


    - Oh ya has despertado - Dijo una dulce voz a su espalda.


    - ¿Quién eres tú? - Preguntó el muchacho. Si algo había aprendido en la vida era a desconfiar de todo y de todos.


    - Me llamo Clara.


    - Yo soy Malcolm - Respondió cortante.


    La tal Clara era una joven de rostro angelical, labios rojos cual carmín y cabellos rubios como los rayos del sol, poseía una belleza que obnubilaba, y además iba elegantemente vestida con un vestido de encaje y tul blanco, parecía la visión de un ángel.


    - ¿Por qué me has curado? - Quiso saber él.


    - Porque me sentía en deuda contigo.


    - ¿Conmigo? Si no nos conocemos.


    - Mi padre, él te ha hecho esto - Reconoció ella culpable.


    - ¿Cómo?


    - Mi padre es el Caballero Negro, el hombre de confianza y protector del rey Ricardo.


    - Y te puso Clara, muy irónico todo.


    - Bueno el no me puso Clara porque en realidad no soy su hija, simplemente aceptó cuidarme cuando me encontró.


    - ¿Tus padres te abandonaron? - Ahora si tenía curiosidad en Clara.


    - No, me raptaron cuando era un bebé y acabé en otro mundo.


    - ¿¡Otro mundo!? - Preguntó Malcolm emocionado.


    - Sí, era un mundo muy diferente a este, donde todo era más grande que yo, allí conocí a un cascanueces que me ayudó.


    - ¿Un cascanueces? - Casa vez entendía menos.


    - Sí, al final acabé con el Caballero Negro. Él no es malo, es muy bueno de verdad.


    - Muy bueno con el látigo - Añadió Malcolm cogiendo su camisa.


    - Lo siento.


    - No es culpa tuya.


    Un silencio incómodo se apoderó del momento.


    - ¿Sabes que esta noche son las fiestas de Hamelín? - Preguntó Clara con un brillo extraño en los ojos.


    - Sí, soy yo quien debe montar la mayoría de las cosas - Reconoció omitiendo intencionadamente que era el esclavo del herrero.


    - Mi padre me ha dado permiso para ir, tal vez nos veamos allí.


    - No creo que tenga tiempo de ir al baile de los paletos, pero lo pensaré - Dijo Malcolm con toda la suficiencia que le fue posible, era la primera vez que alguien le trataba como a su igual, y no estaba dispuesto a dejar que eso cambiara.


    - Ah, bueno… De todas formas me alegrará verte allí - La frase quedó en el aire y Clara aguardaba expectante una respuesta de Malcolm.


    -Adiós –se despidió sin siquiera mirarla.


    Él ya se iba cuando Clara abrió la boca, más ninguna palabra fue pronunciada.


    Pasó todo el día trabajando de sol a sol, observando con dientes largos cómo los demás no tenían que preocuparse de otra cosa que no fueran los pasos de baile o sus ropajes, y preparado para esconderse por si aparecía Clara. La envidia le reconcomía por dentro y el odio se apoderaba lenta, pero inexorablemente de él. Era ya noche cerrada cuando se dirigía a casa por el camino habitual, recordando su sueño, un sueño que siempre se repetía, donde él podía volar tan alto como para tocar la luna, entonces se detuvo y pensó en ello, tuvo la fe suficiente para que ocurriera, pero cuando abrió los ojos todo seguía igual... o casi, porque una cegadora luz dorada flotaba hacia él.


    - La oscuridad sabe llegar hasta los corazones maltrechos, por eso debes ser fuerte. Un corazón fuerte te hará superar incluso las más duras pruebas. Es importante tenerlo, más solo eso no basta. La fe también es importante - Dijo una voz dulce y amable que emitía la lucecita.


    - Yo no tengo fe en nada - Respondió Malcolm mirando aquel fulgor con curiosidad.


    - ¿En nada querido? ¡Tonterías! Si hubieras perdido toda la fe yo no estaría aquí. Oh vamos quita esa cara de lechuga mustia, espantarás a todos en la fiesta.


    - ¿Qué se supone que eres tú?


    Un cegador resplandor y apareció una mujer, de piel oscura y cabello negro, bella sin duda alguna y envuelta en dorados ropajes. Pero sin duda lo que llamaba la atención a Malcolm eran sus alas, alas que con un cómico movimiento desaparecieron de su espalda.


    - Soy tu hada madrina, he venido para mostrarte que la vida también tiene cosas buenas.


    - ¿Yo tengo un hada madrina?


    - Todo el mundo tiene un hada madrina querido, pero esta solo aparece en los momentos de mayor desesperanza.


    - Pero… - Hacerle una pregunta a esa misteriosa hada madrina era complicado por la verborrea que la poseía.


    - ¡AY! Que no tenemos tiempo, vamos a ver, lo primero que necesitas para ir al baile es...  una musaraña de campo.


    - ¿Una musaraña? - Ya sí que no entendía absolutamente nada.


    - Sí, escucha, observa y descubre lo que es la magia… - El hada madrina aireó su varita y pronunció una retahíla de palabras mágicas e inteligibles- Salacadula, menchicabula, bibidi bobidi bu, son las palabras que siempre uso yo, bibidi bobidi bu. Salacadula, menchicabula, bibidi bobidi bu, surten efecto lo creas o no, bibidi bobidi bu. El salacadula es, mejor que la bu le ru, más en toda en ocasión la solución es bibidi bobidi bu. Salacadula, menchicabula, bibidi bobidi bu, son las palabras que siempre uso yo, bibidi bobidi bibidi bobidi bibidi bobidi bu.


    Y la musaraña que el hada madrina había tomado se convirtió en un hermoso corcel, completamente blanco.


    - Es increíble - Musitó Malcolm asombrado.


    - La magia puede hacer cosas inimaginables. Venga, solo queda tu aspecto, pero no pasa nada.


    - ¿Ah no? - Preguntó con sorna. Sabía que si había convertido al ratón en caballo podría proporcionarle ropa digna sin mayor problema.


    - Claro, con un toque de varita resolvemos la cuita, bibidi bobidi bu.


    Sería difícil explicar que fue lo sintió Malcolm mientras la magia lo envolvía para transformarlo, pero ese cosquilleo, esa sensación de felicidad, esa esperanza que inundó su ser aplacando el odio y la envidia… Haría lo que fuera para poder sentirla de nuevo.


    - Estás guapísimo querido - Y con otro aireo de varita hizo aparecer un espejo donde el muchacho pudo apreciarse.- Pero recuerda, toda magia conlleva un precio y el precio de ésta es que acabará a medianoche, cuando suene la última campanada el hechizo se romperá y todo será como hasta ahora.


    - Pues vaya magia tan limitada - Dijo sin dejar de mirarse en el espejo.


    - Sí un poco - Secundó el hada madrina un poco molesta por la chulería del chico, pero bueno, ¿sientes en tu corazón que los sueños pueden hacerse realidad?


    - Pero también creo que por desgracia hay que esforzarte para conseguirlos.


    - Por supuesto, pero a veces es difícil creer en los sueños. Yo se que pese a todo, y como si fueses un niño, todas las noches sueñas con volar lejos a una tierra encantada, y hoy te he dado algo de razón. Solo debes creer en lo que te esfuerzas.


    - Tienes razón, gracias - Era muy reservado a la hora de agradecer nada.


    - Y ahora aprisa, cabalga al baile no pierdas tiempo - Y cuando Malcolm comenzó a cabalgar y se giró para ver por última vez a tan mágico ser, el hada madrina ya había desaparecido.



    Wendy seguía mirando las estrellas aquella tranquila noche, perturbada por la visita de Pan. “Volverás a tu jaula”, esas palabras se repetían en su cabeza una y otra vez.


    Durante muchísimos años había estado encerrada en una jaula, algunas veces la sacaban y la llevaban a una pequeña cabaña sobre un árbol, sin embargo tras una visita de Pan volvían a encerrarla. Un bostezo escapó de su boca, tenía sueño, así que bajó la escalera hasta la cabaña y se echó en la cama, más tan pronto como cerró los ojos oyó un ruido en el tejado. Se levantó de la cama y oyó otra vez el ruido. Poco a poco fue avanzando hasta la escalera, se agarró a las barras superiores y otra vez el ruido pero mucho más fuerte. Comenzó a ascender, siguió subiendo, llegó arriba, sacó la cabeza y… Nada. No había nada ni nadie. Aliviada volvió a bajar, pero cuando se dio la vuelta el corazón le dio un vuelco.


    - Hola de nuevo Wendy.


    El corazón le dio un vuelco.


    - Peter, ¿qué haces aquí otra vez?


    - Wendy querida… He estado pensando - Dijo dulcemente.


    - ¿Pensando? - Y Wendy denotó más peligro en ese tono amable que en la más horrible de las maldiciones.


    - Pienso todo el tiempo… Y por sorprendente que te parezca, ¡no son cosas bonitas!

    La cólera en la mirada de Pan tan fue fugaz que a la pobre Wendy no le dio tiempo de reaccionar y antes de que pudiera darse cuenta tenía la mano de Peter dentro de su pecho.


    - Puedo sentir tu corazón - Y apretó provocándole un aullido de dolor – y sería muy sencillo estrujarlo hasta hacerlo cenizas.


    A Wendy le salían lágrimas de los ojos.


    - Más, no temas, esto es solo una advertencia - Y sacó la mano del pecho haciendo que Wendy cayera al suelo jadeante-. Espero que sepas elegir bando si el verdadero creyente es duro de roer, o no querrás que tus hermanos vean in situ como aplasto tu corazón.


    - Yo… haré lo que me pidas - Susurró entre lágrimas.


    - ¿Así de fácil? - Preguntó Pan con ese tono que sólo él sabía poner.


    - No, pero aun creo con firmeza que saldré de Neverland, creo en que yo y mis hermanos recuperaremos nuestra vida. ¡Yo creo en ellos!



    El pueblo entero festejaba y bailaba al son de una animada música, tan alegres y divertidos estaban que no se percataron de que el aprendiz de herrero llegaba vestido como un príncipe a lomos de un purasangre.


    Malcolm se paseó un poco por los puestos, aburrido y hastiado, como si estuviese cansado de acudir a fiestas.


    - ¿Qué te aflige? - Le dijo una voz.


    - ¿Hada madrina? ¿Dónde estás?


    - Ahora mismo no puedes verme, dime qué te pasa no tengo mucho tiempo para mantener el contacto.


    - A mi no me gustan estas fiestas de paletos, habría preferido verte hacer más magia, e incluso aprenderla - De cada palabra goteaba una falsa inocencia muy peligrosa, pero el hada madrina cándida y bondadosa en exceso no se dio cuenta de lo que quería decir en realidad el chico.


    - Entonces querido aprenderás a divertirte con alguien, ya es hora de que dejes de ser tan huraño…


    - ¡MALCOLM! –Gritó una muchacha rubia con un vaporoso vestido verde.


    - ¿Clara? - No por favor – Pensó, ¿A esto te referías hada madrina? – pero el hada no volvió a contestar.


    - Me alegro verte y, menudo cambio.


    - Gracias –intentó ser cortés.


    - ¿Cómo está tu espalda?


    - Bien gracias.


    - Yo llevo todo el día de compras, mi padre está tan pendiente del rey que se ha olvidado de mí. Me ha proporcionado una dama de compañía que más pareciera una cancerbera, y luego…


    - ¿Siempre hablas tanto?


    Clara rió - Lo siento.


    - Creo que es buena idea que bailemos - Así estará callada…


    Bailaron, charlaron y rieron, pero todas las sonrisas de Malcolm fueron forzadas, no quería ser maleducado con Clara, pero no la soportaba. Al final el muchacho abandonó la fiesta mucho antes de la media noche, pero no lo hizo solo, Clara insistió en acompañarle y él no pudo hacer nada para evitarlo. Sin embargo, cuando llegaron a la casa del árbol una sugerente idea asaltó su mente.


    Clara insistió en acompañarle y él no pudo hacer nada. Más una vez llegaron a la casa del árbol una idea sugerente pasó por la mente de Malcolm.


    - Sabes Clara, he estado pensando.


    - Ya, al contrario que yo tú eres más de hablar con la mirada.


    El tono de Malcolm cambió, y ahora hablaba con voz melosa, de forma mucho más pausada y tranquila.


    - No me molesta que hables, de hecho me encanta, porque así tengo la excusa perfecta para mirar tu boca - Puso con descaro su dedo índice en la boca de Clara para evitar que pudiera articular palabra, mientras la tomaba por la cintura con la mano que le quedaba libre – Me muero por saber a qué saben tus labios…

    Y sin esperar respuesta alguna por parte de la joven, fundió sus labios con los de ellas, besándola, algo que no le molestó, al contrario, porque le acarició la mejilla mientras su beso se hacía cada vez más largo y apasionado. Cuando se separaron ella sonrió.

    - Malcolm…

    - Esta noche sobran las palabras.


    Le dijo sutilmente mientras le subía la falda poco a poco.


    - Ambos sentiremos algo esta noche - Sentenció mientras volvía a besarla, esta vez con mucho más deseo.



    - ¡Pan!


    - ¿Qué ocurre Felix? - Preguntó él desde la copa de un árbol.


    - ¡Será mejor que bajes, han pasado cosas…!


    Por el tono de Felix Peter sabía que sus planes no estaban llevando el rumbo correcto y cuando bajó empezó a sospechar.


    Felix su lugarteniente, venía acompañado de Osezno, un lost boy corpulento y pecoso que Peter recogió años ha en un extraño mundo donde todo era blanco y negro.


    - ¿Qué ha pasado? - Preguntó Pan.


    - Las si-si-si-sirenas me han contado que… - Osezno miró a Felix suplicante, pero no encontró clemencia alguna en su mirada.


    - Habla y no me hagas perder el tiempo.


    - La tormenta que mandaste a las sirenas que provocasen no ha parado a la familia del verdadero creyente, han desembarcado en la isla y están de camino…


    Lo que sucedió a continuación fue muy rápido, montando en cólera, Pan le sacó el corazón al chico y comenzó a estrujarlo, éste cayó al suelo entre gemidos y llantos, pero Pan liberó el corazón de repente, devolviéndoselo a su dueño.

    - ¿No vas a castigarle? - Preguntó Felix sabiendo que la clemencia no formaba parte de su vocabulario.

    Peter intercambió con Felix una mirada cómplice - Eso es justo lo que voy a hacer - A continuación se agachó para ponerse a la altura de Osezno que aún estaba retorciéndose en el suelo - No voy a matarte, lo que te haré será mucho peor…


    Levantó su mano al mismo tiempo que Osezno se cubría, un segundo después el niño perdido era una estatua de piedra.


    - Creo que es hora de conocer a la Salvadora… Y Felix… Tira esa fea estatua al mar para que se la coma el Kraken.



    Y una vez más el hada madrina apareció ante él.


    Habían pasado cinco meses desde que viese con sus propios ojos lo que era la magia, algo que le había fascinado.


    - No temas, ya estoy aquí… - Aireó su varita y pronunció las palabras mágicas - Bibidi bobidi bu - Y una hogaza de pan apareció.


    - Gracias… - La tomó y la devoró con ansia.


    Llevaba casi una semana sin comer, había perdido el trabajo en la herrería y no le quedaba una moneda.


    - ¿Así que simplemente creyendo en ti apareces? - Preguntó con la boca llena de pan.


    - Es más complicado que eso, pero más o menos.


    - ¿Y fhay máfz fhadazfs?


    - ¿Cómo?


    Tragó - Que si hay más hadas.


    - Sí.


    - ¿Cuántas?


    - Tantas como niños habitan el mundo. Cada vez que un niño ríe por primera vez nace un hada.


    - ¿Y tienen magia desde el principio?


    - Sí mas necesitan el polvo de hadas que se introduce en su varita - Se la dio a Malcolm que la miró fascinado, una vara que parecía de cristal con un espeso humo morado en su interior - Las varitas de las hadas permiten hacer magia a cualquiera, hay otros seres mágicos que no la necesitan, mas nosotras sí.


    - ¿Y todas las hadas son igual de estúpidas?


    - ¿Cómo? - Madrina tardó en reaccionar, no se esperaba el tono siniestro y malévolo con el que hizo Malcolm la extraña pregunta.


    - Lo siento mucho hada madrina… - Apuntó a ella con la varita - Bibidi bobidi bu - Y la convirtió en piedra antes de que ella pudiese decir nada-. Sé que no es una forma bonita de agradecer cuanto has hecho por mí pero, la magia es todo cuanto necesito para cumplir mis sueños. Vaya manera de desperdiciarla enviando gente a bailes. En cuanto tenga el polvo de hadas en mi interior, podré hacer la magia que necesito y entonces… Entonces seré libre de viajar, de vivir sin preocupaciones. Y en cierto modo te mereces permanecer como una estatua en mi cobertizo, ya que si eras mi hada madrina ¿dónde has estado cuando más te he necesitado?


     Bajó de la cabaña del árbol y alzó la varita con las dos manos.


    - Yo creo.


    La varita del hada madrina se iluminó, emitiendo una espectral luz verde.


    - Yo creo en mí… - Y partió la varita en dos, provocando que el polvo escapase del interior del instrumento. Raudo se acercó y lo inhaló... - Poder, esto es poder.

    Sus ojos se volvieron morados, ya nunca sería él.


    - Bravo muchacho - Dijo una voz clara y potente.


    - ¿Quién anda ahí?


    Un orbe de luz verde apareció, tal y como lo hacía el hada madrina, y cuando estuvo muy cerca de Malcolm puedo ver que se trataba de otra hada, de pelo rubio y ropajes púrpura.


    - ¿Quién eres tú?


    - Un hada.


    - ¿Has venido a vengar a tu amiga?


    El hada se carcajeó.


    - Esa no es risa de hada, pareces una bruja.


    - Y tu un niño ingenuo… Las otras hadas no se quedarán de brazos cruzados al ver lo que has hecho, pronto te encontrarán.


    - ¿Y tú vas ayudarme? - Preguntó Malcolm arqueando una ceja.


    - Toda magia conlleva un precio, y yo puedo proporcionarte una muy poderosa, mucho más que la de las hadas a cambio de algo.


    - ¿Si es más poderosa que la de las hadas por qué no la tomas tú?


    - Muy perspicaz, pero eso no te concierne.


    - Está bien, dime.


    - Lo que ansío es agua, agua del Lago Nostos.


    - ¿Por qué?


    - Sus aguas pueden traer de vuelta lo que una vez se perdió.


    - ¿Y me conviene?


    - La información que te cederé te mostrará el camino hacia la magia más poderosa de todas y todos tus sueños se harán realidad.


    - Está bien, pero tengo dos preguntas. La primera es ¿cuánta magia poseo con la de la varita?


    - La magia de las varitas ha de ser repuesta frecuentemente, solo tendrás para tres días.


    - Y la segunda, ¿cuál es tu nombre?


    La luz verdosa titiló y tras un rayo de luz apareció una mujer que con el mismo movimiento que el hada madrina las hizo desaparecer.


    - Soy Belladona, hada de los sueños y las pesadillas.


    - Está bien, te traeré esa agua y cuando consiga mi magia… Será el momento de jugar.


    - ¿Puedo confiar en ti?


    Malcolm miró al hada aun con la ceja levantada - Yo nunca fallo.

    12 comentarios:

    1. Caray con el hada madrina, clavadita a la de Cenicienta. Increíble como ya desde crío Malcolm hacia de las suyas (o no tan crío no se yo le echo entre 15 y 20).
      Tiene su mérito, todo hay que decirlo, a ver cuando sacan el siguiente que me he quedado con ganas.
      :-) :-)

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      1. Ah, lo olvidaba.
        WUEEEEEEE PRIMER COMENTARIO!!!!!!!!!! XD XD

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    2. Vale, ya han pasado unas horas, sé me ha pasado el subidon del primer comentario, ya puedo comentar como es debido.

      En primer lugar, me ha parecido increíble que se te ocurriera lo del hada madrina, sinceramente, a mí no se me habría ocurrido qué Malcolm tuviera una. Cuando la gente piensa en un hada madrina, piensan en Cenicienta, lo último que se les ocurre es que los chicos tengan también.

      Lo segundo, Peter, a este paso que vas, te podrías convertir en el tercer productor de la serie, de verdad, lo de relacionar a Malcolm con El Cascanueces, me ha llegado al alma. Además, lo has escrito todo relacionando la historia de una manera que parezca lo más natural, casi pareces un guionista de la serie, en serio, me has impresionado.

      El hecho de que ya de tan joven Malcolm odiara tanto a todo el mundo ha sido un puntazo, de verdad, lo has clavado.

      Y por supuesto, no podía faltar la ya mítica frase "yo nunca fallo". Desde luego, no había mejor manera de acabar el capítulo.

      En resumen, lo que dije en mi primer comentario, que me ha impresionado y me he quedado con muchísimas ganas de saber como sigue.

      A ver para cuando sacan el siguiente, y a ver si cuando saquen el mío está a la altura, porque esque entre Ali, Amanda y tu habéis dejado el listón muy alto. XD XD

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      1. Muchas gracias Irene. Si vieras lo que pensaba yo cuando lo escribía... (menuda basura, esto no lo lee nadie), bueno a lo mejor no tan exagerado pero si que me entran muchas inseguridades perfeccionistas. Así que comentarios así me alivian mucho :)

        Sobre el hada madrina es que es la misma que la de Cenicienta, la que mata Rumpel en el 1x03, se ve que la pobre nunca fue muy avispada.
        Lo de tercer productor me ha hecho gracia pero creo que no lo haría mal (aunque suene un poco Peter).
        Malcolm aquí tendrá unos 16 y sobre el "yo nunca fallo" tendría que haberlo cambiado porque en los capítulos doblados lo que dice es "Peter Pan jamás fracasa", pero bueno. De nuevo muchas gracias.

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    3. ¡Me encantó, te felicito! Muy original lo de hilar a Peter con el hada de Cenicienta, Clara del Cascanueces, y esa hada oscura que yo creí que era Maléfica. No sé si sabes que Robbie Kay me encanta, y cuando te leía me lo imaginaba perfectamente, qué hermoso debe quedar con ropa de príncipe!!! Yo estoy de acuerdo con esa visión tuya de que Malcolm venía mal desde que era chico, ahora será cosa de ver cómo hilas su juventud con la adultez que le vimos en el 3x08. Yo quizás hubiera desarrollado más la escena del beso con Clara, pero no importa, muy bien igual. Ya sólo falta que la pobre niña termine siendo su esposa y la madre de Rumpel, y que se muera con un hijo pequeño jeje, qué horror! Siempre quise saber qué tiene Rumpel en contra del Hada Madrina además de robarle su varita, ojalá algún día lo digan.

      ¡Un beso grande Peter, sigue así!

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      1. Hola Laura! Yo también habría desarrollado más la escena del beso pero me daba miedo pasarme. En los cuentos de hadas no hay escenas de cama xD.
        Sobre Clara... Bueno me limitaré a decir que es un personaje importante, sobre todo al principio.

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    4. me encanto el capitulo tienes buenas ideas y una gran forma de escribir
      me dejaste con ganas del siguiente capitulo

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      1. Muchas gracias Nicole, a mi tu me has dejado con dos manchones en las mejillas de la vergüenza xD. Gracias otra vez.

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    5. ¡¡Muy, Muy Bueno, Sí Señor, Perfectamente Hilado Y Con Un Giro Estupendo Que Es Realmente Genial, Dearie...;D;D;D!!

      Me Ha Gustado Mucho Que Desarrollaras La Etapa de Malcom Cuando Todavía Era Un Adolescente, y Sobre Todo, Que Se Le Viera Desde Entonces Que Tenía Un Fondo Oscuro, Retorcido y Perverso, y Me Ha Encantado El Paralelismo y Lo Bien Que Has Sabido Contraponer Esta Historia Con La De Cenicienta...;D (Genial El “Yo Nunca Fallo” Final, Muy De Peter ji, ji…;D)

      Y Por Lo Que Dice Laurita Ahí Arriba, Yo Creo Que Finalmente Clara Será La Madre De Rumple, y La Verdad Es Que Me Encantaría Que Fuera Así, Porque Por Lo Menos Podríamos Decir Que Rumple Ha Salido A Su Madre, En Cuanto a Inocentón y Buena Persona je, je...;D

      Repito, Muy, Muy Bien, Tengo Ganas De Continuar Leyéndote, Dearie...Besotes XXXXxxxx

      P.D.- ¡¡Por Dios, Dime Que Ya Lo Tienes Terminado y Que NO Nos Vas a Dejar a Medias, PorfaPlease...;D;D;D!!

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    6. Terminado no está, tengo varios capítulos me quedan otros... Es que ha sido un mes lleno de exámenes y no he tenido tiempo ni de rascarme, pero tranquila que no os voy a dejar a medias.
      Madre mía como le habéis echado el ojo a Clara, espero que luego no me peguéis xD.

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    7. Me encantó :3
      Tenés un modo de escribir muy bueno, como muy... Llevadero, algo así. Me refiero a que no es pesado pero está bien escrito.
      Es muy interesante la idea de escribir la infancia de Malcom/Peter, y relacionarlo con Clara del cascanueces y el hada madrina, que aunque parece no creo que sea la de cenicienta, a menos que la salven con el agua del Lago Nostos o algo así e.e
      Las frases como "Yo nunca fallo" y la actitud constante de Malcom, como de superioridad, aún siendo el asistente del herrero son muy... Él xD Y también me recuerda a Cora, en algún punto :3
      Bueno, creo que eso es todo, espero el siguiente cap n.n
      PD: Ah! También quiero ver si Clara es la madre de Rumple e.e

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      Respuestas
      1. Gracias Alice, la verdad soy muy inseguro a la hora de escribir pero vuestros comentarios me están ayudando mucho a perder el miedo xD.
        Si que es el hada de Ceni y Cora, todavía ando buscando la forma de que tenga un encuentro con Peter pero no creo que se de...

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